Cualquier acto de agresión, mediante el uso de la fuerza o cualquier medio, que ocasione daños físicos internos o externos a la niña, niño o adolescente agredido(a), poniendo en riesgo o disminuyendo su integridad corporal, afectando su dignidad y por ende su desarrollo. Puede expresarse de las siguientes formas:
- Por manos o con cualquier parte del cuerpo: cachetadas, nalgadas, pellizcos, puñetazos, patadas, pisones, puños, empujones, mordiscos, zarandeo, coscorrones, rasguños, jalón de pelo, jalón de orejas, asfixiar, dar puntapiés, otros.
- Por objetos: palos, correas, cables, pantuflas, cigarrillos, planchas, zapatos, azotes, varas, entre otros.
- Por armas: cuchillos, puñales, pistolas, entre otros.
- Por sustancias, agentes químicos u objetos que producen quemaduras: agua o líquidos hirviendo, ácido, cigarrillos, entre otros.
- Otras formas: Ahogamiento, ingesta de alcohol y/o sustancias psicoactivas, obligarlos a asumir posturas incómodas.
- Violencias físicas particulares de niños, niñas y adolescentes con discapacidad: Los niños, niñas y adolescentes con discapacidad pueden ser usados para explotarlos con fines de mendicidad en la calle y en otros lugares o pueden ser sometidos a la aplicación de tratamientos y electrochoques para controlar su comportamiento.
- Castigo corporal o físico: Intentar corregir, disciplinar o castigar el comportamiento de la niña, niño o adolescente bajo el uso de la fuerza física y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, aunque sea leve.
Los niñas, niños y adolescentes que reciben castigos físicos suelen experimentar miedo y dolor no solo a nivel físico, sino también emocional, además de sentir impotencia por no poder gestionar sus sentimientos de ira, enojo o frustración frente a su padre, madre o persona cuidadora que le agrede. Para poder resignificar esta experiencia, puede desarrollar mecanismos de adaptación a la violencia con comportamientos como: obediencia extrema o conductas violentas. Además de estar predispuesto a factores de vulnerabilidad en los diferentes entornos de desarrollo, lo que incluye el aprendizaje de la violencia para dar solución a situaciones cotidianas de la vida, por lo que pueden ser vulnerables a otro tipo de peligros como el reclutamiento o redes de trata de personas.
Como padres debemos buscar ayuda para gestionar y elaborar en conjunto con nuestro hijo este tipo de emociones y busquemos las herramientas a nuestro alcance para sanar sus heridas psicológicas a tiempo. Debes estar atento a las siguientes señales para buscar ayuda.
Indicadores físicos
- Magulladuras o moretones.
- Quemaduras.
- Fracturas.
- Heridas, escaras, laceraciones o raspaduras que no estén relacionadas con conductas de juego o actividades del curso de vida.
- Lesiones abdominales.
- Señales de mordeduras humanas.
- Exposición o inducción a la ingesta de medicamentos o sustancias psicoactivas, embriagantes o tóxicas que causen somnolencia y/o afectación a la salud.
- Expresión de dolor, sin señales evidentes de heridas o golpes.
- Somnolencia, mareo, dificultad motriz, desmayos, pérdida de la conciencia.
- Obligar a modificar su aspecto físico o vestir con prendas no adecuadas a su identidad.
- Rechazo fehaciente al contacto físico con otras(os).
- Evitar el contacto visual
- Llanto recurrente sin causa aparente.
- Mutismo selectivo.
Indicadores psicológicos o emocionales
- Comportamientos no observados anteriormente o cambios de comportamiento, hábitos y la forma de relacionarse con los(as) demás.
- Baja de rendimiento académico o repentina desmotivación por realizar tareas de su interés.
- Cambios bruscos de conducta.
- Miedo o rechazo a volver a su casa, institución educativa, lugar de cuidado o cualquier otro espacio de interacción.
- Cauteloso(a) con respecto al contacto físico con adultos(as) u otras personas menores de 18 años.
- Parece tener miedo a padres, madres, cuidadores(as) u otras personas con las que interactúa frecuentemente.
- Oculta con vestuario zonas de su cuerpo de manera excesiva o injustificada.
- Expresiones de violencia evidentes en la elaboración de textos, dibujos o historias.
- Conducta Suicida.
- Irritabilidad sin causa aparente.
- Miedo excesivo o hipervigilancia frente al entorno.
- Miedo a estar sola (o).
- Conductas de evitación y escape frente al contacto con otras(os).
Desinterés para jugar o compartir actividades con pares (según curso de vida) - Aislamiento social.
- Falta de apetito sin explicación médica (según curso de vida)
- Tristeza prolongada sin causa justificada
- Ruptura de relaciones de amistad sin causa aparente.
- Impulsividad y conducta desafiantes frente a las normas.
Referencia:
Sistema Integrado de Información sobre Violencias de Género. Marco normativo, conceptual y operativo. Colombia, 2016. Párrafo 11 de la Observación General No. 8 y Observación General No. 13 del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones.