Publicaciones

¿Qué es la omisión o negligencia?

Este tipo de violencia hace referencia a la falta de atención, protección y cuidado temporal o permanente por parte de los(as) progenitores(as), representantes legales, personas cuidadoras, frente a las necesidades físicas, de seguridad, escolares y emocionales básicas de niñas, niños y adolescentes, teniendo los medios, el conocimiento y el acceso a la prestación de los diferentes servicios que requiera la niña, niño o adolescente. Las afectaciones pueden generar en el niño, niña o adolescentes un daño en el desarrollo intelectual, físico o social, que requieren de un acompañamiento especializado. Este tipo de violencia se ve materializada en:

  • En materia de alimentación: la niña, niño o adolescente requiere hospitalización porque está gravemente desnutrido(a) o deshidratado(a) o “ha sufrido una intoxicación (fiebre, vómitos, etc.), por habérsele proporcionado o habérsele dejado para comer alimentos que no son de consumo humano o en mal estado” ; y, esto, según el reporte del sector salud, es una conducta reiterativa por parte de la familia, red vincular, comunidad o institución que se encarga de su cuidado y protección.
  • En materia de seguridad: existe un peligro evidente para la vida de la niña, niño o adolescente y las personas adultas que viven con él o ella no muestran conciencia de ello, no han tomado medidas para resolverlo y no ejercen una supervisión suficiente. Se pudo presentar ya un daño o lesión física que ha requerido intervención del sector salud; o, por ejemplo, los(as) progenitores(as) o responsables del cuidado, han protagonizado conductas temerarias con la niña, niño o adolescente, donde se ha involucrado alcohol y sustancias psicoactivas, que han supuesto un peligro evidente para su vida. Sin embargo, no hay consciencia de ello; y, se valora la alta probabilidad de que esto vuelva a ocurrir. Se ha presentado ya por esta situación un daño o lesión física en otra persona que ha sido conocida e intervenida por el sector salud.
  • En materia de supervisión: de forma habitual, el padre y la madre o las personas que están encargadas de su cuidado, no ejercen una supervisión continuada –o no garantizan que otra persona competente lo haga (sobre una niña o niño menor de 6 años). Vigilan poco o nada a la niña o niño dentro y/o fuera del domicilio. Puede encontrarse sin supervisión adecuada en un área muy peligrosa (p.ej., alta probabilidad de que sea atropellado(a), se caiga por una ventana o se exponga a quemaduras) o en un área insegura donde existen elementos peligrosos (p.ej., acceso a cristales rotos, productos químicos, aparatos eléctricos). Igualmente, es dejado(a) sin supervisión durante un tiempo excesivo o a cargo de una persona no competente y los(as) adultos(as) responsables podrían volver antes de que la niña o niño haya tenido necesidades básicas sin satisfacer (p.ej., recibir alimento o agua, evitar un accidente, pedir ayuda ante una emergencia, ir al baño). Esto incluye que se haya dejado a una niña, niño o adolescente con historia de comportamientos riesgosos o destructivos graves (p.ej., causar incendios, ideación o intento suicida) sin supervisión adecuada; o, se le haya dejado a cargo de una persona con historia previa de violencia física, psicológica o sexual hacia otra niña, niño o adolescente, siendo esta circunstancia conocida por el padre y la madre o las personas que ejercen su cuidado.

También se pueden relacionar situaciones en donde en más de una ocasión se ha dejado a la niña, niño o adolescente en una situación que pone en riesgo su vida o no se han tomado las medidas preventivas adecuadas para alejarle de peligros realmente graves (p.ej., niña o niño menor de 14 años con armas de fuego o elementos realmente peligrosos a su alcance; niña o niño menor de 3 años cerca de una piscina sin supervisión; bebé en la bañera sin vigilancia). La niña, niño o adolescente menor de 14 años ha abandonado irregularmente el lugar de residencia o de cuidado; y, los(as) adultos(as) responsables no saben dónde está o no lo saben con seguridad y no han llevado a cabo ninguna acción ni tienen previsto hacerlo para asegurarse de que se encuentre bien. Puede que la niña, niño o adolescente haya sufrido un daño físico o haya sido agredido o agredida por otra persona como consecuencia de alguna de estas situaciones.

Existe un riesgo claro de que esto ocurra o de que se vea sometido o sometida a una situación de estrés importante. De igual manera, pueden presentarse situaciones en donde se haya expulsado o negado la entrada al lugar de residencia a la niña, niño o adolescente, puesto que se deberá evaluar si esto está siendo o no utilizado como una estrategia disciplinaria o de castigo en su contra.

Esto último, por cuanto sin tener a quien acudir, ha comparecido ante las autoridades para pedir ayuda; o, como consecuencia de esto, ha sufrido un accidente, ha adquirido una situación de salud que ha requerido intervención del sector salud; o, ha sido víctima de cualquier tipo de violencia física o sexual o verse implicado(a) en hechos delictivos. Todo esto muy especialmente en los casos de niñas, niños o adolescentes con discapacidad física o intelectual significativa.

Si este es tu caso y buscas cambiar este estilo de crianza que le hace daño a los que más quieres y puedes acceder a un proceso de capacitación en donde la intervención va dirigida a la asesoría de las parejas que buscan realizar cambios en el estilo de crianza y puedan fortalecer los roles parentales.
Las consecuencias de este tipo de violencia en los niños, niñas y adolescentes puede verse reflejada en los siguientes síntomas.

Indicadores psicológicos o emocionales

  • Infecciones recurrentes.
  • Signos o cicatrices de accidentes domésticos frecuentes.
  • Desnutrición.
  • Problemas físicos o necesidades médicas no atendidas: heridas sin curar o infectadas y defectos sensoriales no compensados; a pesar de diversas reiteraciones del sector salud o entes territoriales para intervenir en estas situaciones.
  • Alta permanencia en calle, sin supervisión de un(a) adulto(a) responsable
  • Situaciones de trabajo infantil.
  • Ausencia de mecanismos de apoyo y ayudas técnicas para niñas, niños y adolescentes con discapacidad que impiden su participación en otros entornos (social, educativo, etc.)
  • Consumo de sustancias psicoactivas y/o alcohol.
  • Conducta agresiva excesiva.
  • Pesimismo o falta de confianza y/o síntomas depresivos.
  • Habilidades cognitivas y verbales inferiores al promedio.

Referencia:
Fundamentos normativos de la Ley 1146 de 2007, Ley 1719 de 2014 y Ley 1257 de 2008. Definición aprobada en la sesión del 22 de junio de 2016 del Grupo Técnico Coordinador del SIVIGE